GRACIAS IKEA, PERO TENGO HASTA DESCORAZONADOR DE MANZANAS. SOY PAUPÉRRIMO.


    El spot que traigo hoy, o mejor dicho la campaña publicitaria, porque no era un solo anuncio sino varios como podéis comprobar aquí, no es actual, pero si el fondo. 
    Ikea diseña campañas publicitarias creativas y habitualmente muy cercanas. En este caso fue creada para "animar" a la gente dado que apareció con la crisis económica anterior. Puesto que aún no estaba superada y aconteció la actual pandemia, la crisis no desapareció sino que se acentuó. Y aunque superemos pronto la pandemia no parece que en lo económico vaya a ir muy bien al menos estos primeros tiempos. De ahí la pertinencia del slogan de esta campaña: "No es más rico quién más tiene sino quién menos necesita" un dicho popular español. 
   Lo que propone esta empresa de muebles es disfrutar de las pequeñas cosas, literalmente, pues la mayoría de las secuencias que rápidamente se suceden transcurren en pequeños espacios, viviendas pequeñas; gente humilde, presuponemos. Eso sí, atestadas de muebles y objetos que se encuentran en todas las casas y por supuesto en Ikea. 
    La manera en que nos presentan sus productos supongo que en publicidad tendrá un nombre, y si no habrá que inventarlo; no aparecen en primer plano, ni siquiera se mencionan, de manera similar a como intentan vendernos determinados productos en películas o en series de televisión. Quizá un guiño a la publicidad inconsciente si es que es efectiva. 
    Si no detienes el vídeo, no reparas en la multitud de enseres: mesas, tupper, platos, cubiertos, bañeras, velas, tiestos, cojines, sofás... Resumiendo: parece que puedes comprar en Ikea todo lo que aparece en el anuncio, excepto personas... (Ejercicio: haced una lista con todos los objetos y la próxima vez que vayáis comprobadlo...😂) ¡Mierda! Otra vez me han pillado. Ya estoy yendo a Ikea. Quizá ese sea su objetivo último, ya que si vas a Ikea allí podrás encontrar casi de todo. En este anuncio quieres verlos pero no puedes; si vas no tendrás más remedio que verlos... Me entendéis ¿No? Disfrutad las albóndigas.
    Vamos con la filosofía. Por supuesto que esta no es la primera crisis aguda que ha sufrido la humanidad, y espero que tampoco sea la última. Y por supuesto las crisis han sido pensadas. Son épocas en las que por delante de todo el ser humano sitúa la propia supervivencia, aguantar hasta que vengan mejores tiempos.  Una de las primeras crisis que conocemos se produjo en la Grecia clásica en su transición hacia el imperio de Alejandro Magno y se prolongó hasta el Imperio romano. Y ahí surgieron dos éticas hoy clásicas, dos formas de entender el comportamiento humano con un fondo común: epicureísmo y estoicismo. Puesto que este es un blog de divulgación, no vamos a profundizar, pero ambas pregonan precisamente la autarquía, la autosuficiencia personal. Así, lo más sensato parece asumir solamente riesgos necesarios, reducir dependencias materiales e incluso personales. El objetivo, paradójicamente, ser dueño de sí mismo, doblegar tus deseos y pasiones. De nuevo una forma de entender la libertad tan a contracorriente...
    Bien por Ikea por un lado, porque la marca está asociada a enseres baratos y sin excluir buena calidad. Mal porque esos espacios pequeños, abarrotados de trastos no encajan bien con la autarquía. Y no digamos si entramos en planteamientos ecológicos y de crítica al materialismo de usar y tirar.  Una postura extrema cercana al cinismo de Diógenes el perro, cuya casa se reducía a un tonel. Todo un personaje. Por cierto, poca sensibilidad (o absoluta ignorancia) tenía el psicólogo que puso nombre a dicho síndrome, cuando Diógenes apenas tenía posesiones materiales y por descontado abusaba de una clara consciencia de su deliberado aislamiento social. 
 

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