UTOPÍA: ¿SIN LUGAR A DUDAS?


 ¡Menudo anuncio! Antes de nada, pretendo dejar al margen cualquier posicionamiento ideológico-político en términos de izquierda/derecha, aunque temo que será imposible evitar una interpretación; es irremediable teniendo en cuenta que es un anuncio del gobierno actual. Aún así aspiro a que haya más filosofía que política de la mala, es decir, doméstica😁
Si bien es el punto de partida de este blog (la relación más que aparente entre filosofía y publicidad) en este spot hay otra relación enriquecedora, la de ambas con el diagnóstico del presente, por mucho que Hegel escribiera que el búho de Minerva (la filosofía) solo levante su vuelo al atardecer. 
Tratamos del futuro: una visión profundamente pesimista. Lo imaginamos distópico: "Un mundo tóxico, injusto, brutal e inhabitable"  para lo cual  "no faltan motivos" a tenor del presente que estamos viviendo acompañando lo dicho de imágenes que parecen sacadas de la misma "Mad Max", la saga de cine distópico dónde la gasolina es oro. 
Por supuesto no se puede hacer publicidad del pesimismo. El final ha de ser esperanzador: "Basta de distopías. Volvamos a imaginar un mundo mejor".  Y sobre lo enunciado se muestran tópicos distópicos: problemas ecológicos, dignidad del trabajo, cuestiones de género y otra política. Su reverso sería el camino para ¿otra utopía? Cómo decía hace un momento, no voy a seguir esta senda, pues me toparía con la "política doméstica" y no es el objetivo aquí. 
Os recomiendo la miniserie El colapso, que podéis ver gratis en la web de RTVE, si queréis constatar la cercanía entre nuestro presente y ese futuro; comprobaréis angustiosamente que efectivamente no nos faltan motivos. Podéis "disfrutarla" sin coste legalmente casualmente hasta el día de "Nochebuena". Cínicamente convierto en causalidad que coincida con la fecha que representa anualmente la esperanza eterna de un nuevo comienzo. Estos días podéis ver también una versión española de lo mismo denominada "El Apagón". 
Sí. Estamos a vueltas con la utopía y la distopía. Simplificando el tema, el término utopía (no lugar) se atribuye a Tomás Moro y su obra del mismo nombre de principios del siglo XVI; no obstante, al menos ya Platón (IV A.C.)  diseñó una sociedad perfecta de ciudadanos felices. Después ha habido muchas, al menos en teoría, desde Campanella y Bacon a Marx, por citar algunas. ¿Entraría el nazismo en la categoría de Utopía? Al menos para algunos lo era ¿No? Por supuesto para la mayoría encaja mejor con el intento de una Distopía, un término bastante más moderno y complejo. Canónicamente se atribuye a Butler (XIX) y su obra "Erewhon" ("nowhere" al revés en inglés) que evoca también un "no lugar" pero en este caso mucho más crítico, negativo y probablemente desesperante. Y en casi todas las distopías, al menos en las más relevantes, la ciencia:  "Un mundo feliz" de Huxley, "1984" de Orwell  o incluso, en el cine, "Matrix".
"Pero lo que somos capaces de imaginar es lo que somos capaces de hacer" aconseja el spot: ¿Sin lugar a dudas? En las puertas, si no en la estancia principal, de la distopía, con una ciencia ambivalente, personalmente no alcanzo a distinguir cuando seguir adelante con lo que somos capaces de imaginar, no sea que repitamos la historia o que quien imagina y sea capaz de "hacer" sea un individuo con suficiente poder: Bezos, Musk, Zuckerberg de forma silenciosa;  Putin y otros compatriotas, sin remilgos, a cara descubierta. 
Es lo que hay.  Si el búho de Minerva levanta el vuelo antes del atardecer, confío en que la evidencia y la cordura evite los peores presagios, pero no esperéis encontrar aquí un destino al que volar. 👴

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