¿Y QUÉ? ¡AHHHH! UN EXPERIMENTO FILOSÓFICO MONSTRUOSO.
Primero, despejemos dudas. Los capítulos son cortitos, adaptados a los estándares que se demandan en la competición para retener la atención antes del siguiente click. No más de diez minutos, al menos los actuales, pues creo que el experimento sigue. De momento cuatro capítulos...
Sí, experimento. Tal y como se relata, se ha reunido a un grupo de veinteañeros para vivir en una "realidad alternativa", la de los años 90. Bueno, más bien un hogar alternativo, porque no hay que olvidar que es publicidad de Ikea. Por tanto, lo que van a echar de menos estos "nativos digitales" son las novedades/comodidades de los hogares actuales ¿de los cuales sería responsable Ikea?👀
Detesto los "realitys". La sinceridad por delante. Los detesto desde que hace no sé cuantos años ya "Gran hermano" apareció en España de la mano de Telecinco. Recuerdo incluso el lugar en el que expectante frente a la tele esperaba lo que se vendió como un experimento sociológico que yo pensaba me llevaría de alguna forma a "Un mundo feliz" de Huxley o sobre todo "1984" de Orwell. Creo recordar que la ilusión se mantuvo durante un par de episodios hasta comprobar que el reality estaba muy alejado de la realidad, manifiestamente preparado, de forma cuidadosa, para enganchar emocionalmente quedando la realidad, en este caso sociológica, solamente como reclamo pseudocientífico.
Lo admito vuelvo a ellos. En este caso, un híbrido entre un reality y un spot. Un monstruo en términos filosóficos clásicos. En seguida veremos por qué.
En el principio y ahora, los protagonistas están muy seleccionados psicológicamente para que den juego. Pero aquí se ha llevado a un extremo: Estos son auténticos "humanos virtuales", hijos del streaming, que viven para y me atrevería a decir "en" la pantalla, hasta el punto que si tuviera la ocasión les preguntaría si consideran "vida" en lo que están cuando no están en ellas, sea para hacerse ver por otros o, esto menos, para ver a otros.
"Reality". Palabra admitida por la RAE en castellano: espectáculo de telerrealidad. En el inglés de Google Translator: realidad. En el diccionario basado en inteligencia artificial de Deep translate, también realidad. El origen del término supongo que se deberá a que el Gran Hermano de Orwell (echadle un vistazo a la obra mencionada ,1984) se caracterizaba por incluir cámaras en las casas, contra la voluntad de sus residentes, para controlar su vida privada. Se trataba de acceder a la realidad "oculta" de esas personas. Ya no es necesario.
El concepto de realidad ha sido un continuo quebradero de cabeza para los filósofos desde el propio nacimiento de la filosofía. La ortodoxia obliga a comenzar contraponiéndola a la apariencia. Precisamente la búsqueda de la verdad se plantea originalmente como necesidad de distinguirla de la apariencia; lo real de lo que aparece; lo que es de verdad frente a lo que parece que es. Heráclito, en su versión sencilla: "Nunca te bañarás dos veces en el mismo río", porque tu vista, tus sentidos, te dicen que el agua que corre siempre es diferente, pero pensando te das cuenta de que estás en el mismo lugar, en el mismo río... 😵
En los primeros programas de telerrealidad, en España Gran hermano, si bien las personalidades estaban muy marcadas, la conciencia de estar actuando, de estar delante de una cámara, era evidente, con lo que no era real, no era posible un experimento científico. Lo que sucede en este reality publicitario plantea ya muchas dudas, dado que los protagonistas viven cotidianamente sus vidas delante de una cámara, de una pantalla hasta el punto de que sus personalidades se fraguan en y para ese contexto. Este proyecto no es un punto de inflexión en su vida. Y no son tan raros. Ahí está Ibai Llanos y el fenómeno de Twitch, que reivindica el directo y el éxito que acapara, hasta llegar a tener audiencias similares a los medios de comunicación tradicionales.
Alguno de los protagonistas de este spot, la chica gamer, afirma que se pasa 14 o 16 horas jugando e incluso que ha hecho directos durmiendo.😳 Descartes, en las "Meditaciones metafísicas" llevó a cabo un gran esfuerzo intelectual y literalmente necesitó la ayuda de Dios para distinguir entre realidad y sueño. Todo ese esfuerzo de claridad para nada. Apariencia y realidad son ya conceptos obsoletos, irreconocibles, superados por una realidad que se enturbia que a falta de mejor calificativo podemos denominar "virtual".
Resulta ya muy complicado distinguir vivir, consumir, trabajar... y por supuesto el tiempo de ocio, sea en el orden que sea, elementos deformados hasta lo irreconocible.
Y-ke-ahh ha manifestado un monstruo, para bien o para mal, pero que está ahí. Y hasta aquí la introducción. Supongo que insistiré en sus detalles...
POSDATA: ¡Qué viejuno esto!😂 Pero encaja. Cuando estaba preparado para publicar, me llega este artículo de prensa sobre el Metaverso, ùltimamente también muy de moda. Se caracteriza aquí como nexo ideal entre vida social, cultural, entretenimiento y negocio... Si bien es una experiencia diferente al reality de Ikea, tiene en común su realidad alternativa, virtual y, sospecho ahora, con pretensiones totalizadoras. Estos ¿juegos? son tan reales que incluyen eventos culturales como los conciertos de estrellas mundiales en Fortnite, o construcciones en Minecraft que llegan hasta incluir actividades como compras de propiedades basadas en una economía real difuminando de nuevo las fronteras.
Las grandes corporaciones tecnológicas están invirtiendo mucho dinero para que podamos estar en ellas todo el tiempo que queramos, ser únicas y que no tengamos más remedio que estar. Auténticos monstruos metafísicos con pretensiones totalizantes.
Termino ya antes de que surja otro intento. Veremos quién se impone y si da tiempo a pensarlo.
¡Ufff!😰
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