Las humedades de tu casa y la naturaleza humana

 


   Hoy vamos a vamos a hablar un poco de antropología y de psicología. Partimos de un spot de una empresa que elimina humedades de las casas y el elemento central del que se vale para engancharnos: la cara (humana).  
   Si os pidieran que os quedárais con una sola parte del cuerpo que os definiera/identifique ¿Qué parte eligiríais? Pues si, la cara. ¡Ojo! No pregunto por la parte que más os gusta, que no es lo mismo. En ese caso muchos seguro que elegíamos otra.😁 
No es casualidad que para identificarnos socialmente se nos exija una foto (de la cara). Es más, cuando se nos pide una foto para el carné de identidad no preguntamos: ¿De qué parte?😳 Se sobreentiende que es del rostro. Es la manifestación primaria de nuestro yo, de quienes somos. ¿Por qué? Sin una reflexión exhaustiva, no olvidéis que esto solo es una aproximación divulgativa y no un análisis profundo, os doy varias pistas. 
Una es que a través de ella manifestamos nuestras emociones/sentimientos ligados estrechamente a nuestra persona. La sabiduría popular, que también encierra filosofía, lo dice claramente: "La cara es el espejo del alma".  En ella se concentra lo que soy; es el lugar de nuestro cuerpo desde dónde accedernos desde el exterior.
Para la siguiente necesito una breve introducción. Los seres humanos somos ávidos buscadores de patrones (regularidades que se repiten a partir de datos) por imperativo evolutivo; son fundamentales en la supervivencia. Si añadimos que uno de los rasgos evolutivos que desde siempre se considera distintivo de la especie humana es su sociabilidad (entre los mamíferos somos los más dependientes de nuestros progenitores al nacer y los más que más tiempo de entrenamiento y aprendizaje necesitamos) entenderemos la relevancia que tiene el rostro y por qué los encontramos por doquier, incluso en una rebanada de pan de molde. 
Os habréis dado cuenta ya, supongo, que las fachadas de estas casas son caras, concretamente alegres, porque los seres humanos buscamos constantemente caras. El rostro de los bebés nos incita a comportarnos de forma ridícula con tal de sacarles una sonrisa. Como si supieran que es cuestión de supervivencia, hacen que nos preocupemos de ellos, que deseemos cuidarles; en ello les va la vida.
Más obvio. Si te pregunto qué ves aquí: - _ -  no me digas que no ves una cara, porque entonces no eres humano. 
Pues bien, posiblemente no lo creáis, pero de forma no premeditada hemos llegado al slogan de Murprotec: "Cuidando tu casa, cuidamos de ti" convirtiendo el cuidado en una tríada, no sé de quien a quien: la empresa al cuidar de nuestra casa cuida de nosotros; y nosotros cuidamos de nuestra casa. De lo que no cabe duda es que nosotros cuidamos de Murprotec cuando desembolsemos el coste de los trabajos. 😉

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