LAGUINDA: SUERTE Y (MÁS) METAFÍSICA.

 

 
La guinda del pastel. Este es el lugar común lingüístico a través del cual esta APP intenta convencernos para que contratemos sus servicios.  Si te toca un jugoso premio en un juego de azar relacionado con la lotería... habitualmente sienta bastante mal que Hacienda se lleve un veinte por ciento; y no digamos si además desconocías tal hecho. Por tanto gracias a este blog ya sabes que si te toca un premio gordo, en el caso de la lotería y similares más de 40000 euros, tendrás que pagar un 20%. Para que luego digan que la filosofía no sirve para nada.😅

Y claro, "laguinda" del pastel sería no tener que pagarlo, porque lo tienes asegurado. Según el spot, tendrías que pagar "a partir" de 10 céntimos. No creo que os tenga que explicar ya con qué intención se utiliza el "a partir de" en publicidad...
De forma ingeniosa parece que la guinda, con su intenso sabor dulce y color rojo se identifica con la experiencia de un premio económico cuantioso sobre todo porque el premio está completo; sin impuestos. ¿Es esto la felicidad? 
Pero vayamos con el trasfondo filosófico; el subsuelo ideológico asumido inconscientemente. La cuestión filosófica más interesante en este caso aparece hacia el final cuando se afirma que con esta APP "aseguras tu suerte". 
Detengámonos un instante en dicho concepto, en la suerte. Etimológicamente procede del latín y se refería a la distinción entre tierras más o menos productivas. Aquí se da por supuesto que se tiene buena suerte, con lo que también es posible la "mala suerte".  Es el azar quien hace que se decante hacia uno u otro lado.  
Sin profundizar demasiado, significa ausencia de orden y por tanto desconocimiento e imposibilidad de control (en realidad en física es mucho más complejo si aludimos a conceptos como entropía o caos, pero no es este el lugar). 
Bien, pues "Laguinda" nos ofrece nada menos que dominar el azar. Por supuesto que no son tan ambiciosos como para asegurar nuestra suerte en términos absolutos, sino respecto a los premios que podamos obtener. 
En términos de emprendimiento, desde el punto de vista de un no iniciado, parece una buena idea. No me atrevo a ir más allá. 
Filosóficamente nos revela algunos supuestos metafísicos profundos. Un rápido resumen. Asumimos que la realidad está basada en un orden; dónde hay desorden es porque todavía no hemos llegado a entenderlo. Y asumimos también que podemos domesticarla, controlarla. Y ahí surge un producto que es la consecuencia económica de esta forma de pensar y de nuestro sistema económico: el seguro. 
En castellano no puede ser más evocadora la palabra. Un seguro te procura seguridad, orden y tranquilidad en el ámbito que sea. Si os paráis a pensar un poquito os percataréis de que hoy se asegura absolutamente todo. Os reto a que encontréis algo que no se pueda asegurar. Hasta una sonrisa, la de Julia Roberts o una muerte por desternillarse de risa... Con un seguro te sientes seguro; la incertidumbre no tiene cabida. El poder es absoluto; casi parece una consecuencia perversa de la voluntad de poder de Nietzsche. Sabes que si pierdes el bien asegurado, tendrás un montón de dinero que lo sustituya: Felicidades. Sabes que si pierdes la vida ¿conseguirás? 60000 euros (soy muy barato 😁).
Es obvio que el dinero es valor de cambio, pero ¿se habrá convertido también en valor de cambio metafísico?  Eso me deja mucho más tranquilo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

NORIT, EL DETERGENTE FILOSÓFICO

Libertad ING: Inexplicable Necesidad de Guasa. Con la desinteresada colaboración de Chat GPT 3.5 (o de la claudicación del ser humano).

Apple y el espíritu absoluto de Hegel