VISA NO ME DA CRÉDITO.


 Cualquiera que no sepa ya qué es una tarjeta de crédito y en concreto una Visa (tiene ya tanta tradición que a veces el nombre propio sustituye al concepto) diría viendo este spot que es una red social más, como Whatsapp, Tik tok, Twitter... Una red que trabaja para todos. En cierto sentido así es, pero solo para aquellos que tengan dinero o puedan asegurar que van a disponer de él casi inmediatamente. Quizá sea un pequeño detalle que se les olvida mencionar en el spot. ¡Menuda sorpresa si te la instalas en el móvil cuando llegue la factura a final de mes!.
La prueba de su divulgación es que en castellano utilizamos expresiones relacionadas con "tener crédito" que ya no tienen que ver con el dinero si no que se refieren nada menos que a nuestra credibilidad/fiabilidad. ¿Es nuestra relación con el dinero una medida de nuestra catadura moral?  
Con mirada intencionadamente inocente, el spot ofrece una cara amable de lo que permite hacer una Visa: conectar a todos con todos, que sea trabajo/negocio lo que no lo parece. ¿O es al revés?
 Gentes de muy diferente raza, país, clase social conectados entre sí como si no hubiera diferencia alguna. El dinero globalizador, conector de culturas. Y no le falta razón a Visa. 
Aunque es difícil situar exactamente el nacimiento del dinero/moneda, y sin pretensión de exhaustividad, como otras muchas cosas es inventado o al menos puesto en relevancia por los griegos. Independientemente de las teorías sobre su origen, adquiere sentido pleno solo en sociedades que tienen comercio, riqueza y como consecuencia tiempo para el ocio. Como la propia filosofía, surge por tanto cuando la barriga está llena y uno puede prestar atención a necesidades superfluas para la supervivencia. Y eso favorece el éxito y la conquista de otras culturas como sucedió con los propios griegos.  
Quizá el dinero históricamente comenzó siendo así un bien excedente, almacenable,  para cambiar por objetos que no eran absolutamente imprescindibles o bien para tiempos de carencia. A nadie se le escapa que hoy, y desde hace ya suficiente tiempo, es imposible vivir sin dinero. En cualquier ciudad de un país occidental, sin dinero  (si no hay intervención estatal) mueres literalmente de hambre.  
Indudablemente la vida era mucho más dura en una sociedad cazadora recolectora, antes de que existiera el dinero, pero únicamente porque lo necesario para sobrevivir no sobraba y era difícil de conseguir.  Sin embargo hoy, en una sociedad de excedentes, incluso hay que destruirlos para que el dinero no pierda valor. Este no es solamente un medio de intercambio de bienes, es el medio de supervivencia, un artículo de primera necesidad. Un hipotético derecho a la supervivencia de forma natural, simplemente por haber nacido, es cancelado por una convención social: el dinero. 
Por otro lado hasta hace muy poco tiempo, era un medio tangible, material para la mayoría de los mortales; un objeto  (monedas, billetes) que era relativamente sencillo de administrar y controlar. Apenas requería de operaciones complejas y pensamiento abstracto. Era suficiente con operaciones matemáticas básicas. 
Pero, ¡ay! llegaron los bancos, las bolsas, los créditos para acaparar todo el dinero. ¡A que parece que el dinero se  esfuma! Creo que no es solo la expresión del amo/a de casa quejándose irónicamente de lo caro que está todo. Uno de mis amigos de siempre, en la última gran crisis económica que hemos sufrido, se hacía una pregunta que afirmaba nadie le había respondido. En la quiebra de Lehman Brothers, el banco dónde se inició dicha crisis, ¿Dónde había ido a parar el dinero que se había perdido? No soy tan inocente como parezco. Por supuesto que un economista puede dar una explicación de lo sucedido, pero eso no significa que sea una explicación coherente.
Vivimos la época del final del dinero en formato físico. Debajo del colchón hace tiempo que nos recomiendan que no lo guardemos: pierde valor; ahora mismo la inflación está al alza. Para compras grandes, tarjetas de crédito. Y para ir a comprar el pan, a la carnicería, para tomar unas cañas con los amigos...Si no tienes Bizum corres el riesgo de quedar excluido... Y bien, ¿dónde está el problema? El dinero de por sí tiene un valor intangible, ¿No? 
 Byung Chul- Han, del que ya hemos hablado aquí, no puede ser coincidencia, acaba de publicar "No cosas. Quiebras en el mundo de hoy". Aunque aún no lo he leído, la tesis básica es que el mundo digital está devorando al mundo real y las consecuencias no son buenas para el ser humano. Ignoro si habla del dinero, pero encaja perfectamente. 
Otro argumento, las criptomonedas. Sin restar lo que de rebelde y revolucionario tiene su insubordinación al control de los estados, a cambio nos condenan a una incógnita no menos sospechosa sobre su funcionamiento y control. Un nombre: bitcoin. Hace cuatro años tenía un valor de unos 600 Euros; cuando publico esto, record máximo: más de 55000. 😵 Espero volver a este escrito en un tiempo para ver cómo ha ido...
La capacidad de abstracción, y las matemáticas lo son, no se le dan bien a todo el mundo. Y no es lo mismo contar monedas y billetes que llevar un control en una pantalla con operaciones de matemáticas financieras (que ya se han metido en nuestra vida privada). Como sucede con el dinero de un país, o una empresa, cual  gato de Schrödinger 😂 es difícil saber de cuanto dinero se dispone en un momento determinado. Y quizá no sea importante saberlo exactamente, siempre y cuando tengas lo suficiente para que te den crédito...Dicho de otra forma, si puedes afrontar los pagos y llegar a fin de mes. Si llegas de sobra, no te preocupará, pero si andas justo, la incertidumbre te asaltará ya que es tremendamente difícil saber lo que te vas a gastar, por mucho que intentes controlarlo. Si no tienes dinero, fuera problema, pero simplemente no tienes derecho a la vida. 
Por tanto, Visa en realidad no es una red que conecta a todos con todos, eso es lo que el spot intenta que parezca;  es un negocio, el negocio de los negocios, cobrar dinero por prestar dinero. Otro truco de prestidigitador.  En tanto que negocio es la negación del ocio(neg-ocio) y en el peor de los casos, insisto, niega literalmente la posibilidad de existir.  

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